Hablo de comunicar bien, de relacionarnos sobre la base de una información veraz y de rigor para PODER INFLUIR
La salud importa. Tanto es así que es el principal tema que preocupa a la población, el que más se busca en internet pero también el que más falsas noticias genera.
Los bulos sobre salud han proliferado de una forma alarmante durante la pandemia, siendo whatsapp el canal que más ha contribuido a ello por la capacidad tan alta de penetración que tiene. Siempre los ha habido pero nunca se había hablado tanto de ellos como hasta ahora.
Y muchos nos hemos creído estas falsas noticias. Según un estudio publicado por la plataforma #saludsinbulos , tres de cada cuatro especialistas han afirmado haber atendido a pacientes preocupados por bulos sobre el coronavirus.
El problema está en que estos bulos nos afectan a todos:
A los pacientes, sobre todo. Se están jugando su salud. De ahí que sea más necesario que nunca ayudarles a saber discriminar qué contenidos son fiables de los que no.
En este sentido, las Asociaciones de pacientes están desempeñando un papel fundamental. La red es la principal fuente de información para los pacientes y aquéllas, que lo saben, han decidido estar para escucharles activamente, para hablar e intercambiar experiencias y algo muy importante, para conectar con ellos mediante la divulgación de información.
A los profesionales médicos, por supuesto. Han dejado de ser la principal fuente de información para los pacientes. Hasta llegar a su médico, el paciente “ha dado muchas vueltas”, ha preguntado a conocidos y familiares, ha “rastreado” bien o mal en internet, y ha consultado a numerosas fuentes. De tal forma que, en ocasiones, cuando llega a consulta, llega incluso con una propuesta de diagnóstico.
En este contexto, para los profesionales de la salud es importante disponer de buenas habilidades de comunicación para acercarse a sus pacientes y recuperar su posición como principal fuente de información. Y es que la comunicación inefectiva puede provocar resultados muy negativos, como por ejemplo que el paciente no se comprometa con el servicio de salud, rechace seguir el tratamiento recomendado o no soporte su propia enfermedad.
A los periodistas, cómo no. Se están jugando su credibilidad. Dado el impacto de las informaciones relacionadas con la salud en la población, los medios de comunicación deben plantearse informar con responsabilidad, contrastando debidamente todas las informaciones que les llegan, evitando sensacionalismos y falsas expectativas sobre terapias y medicamentos. No podemos dar pábulo a esas mentiras. Sin embargo, el coronavirus no ha ayudado. Entre las limitaciones que los medios de comunicación han tenido sobre todo al principio para acceder a la información y la inmediatez que requieren – o que hemos impuesto que requieran – algunos canales como las redes sociales, ha impedido contrastar muchas informaciones. Esta situación exige que el periodismo vuelva a recuperar la confianza y las primeras posiciones en cuanto a fuente de información, haciendo bien su trabajo. Para ello, es imprescindible una relación cercana, constante y ágil entre los periodistas y quienes estamos detrás de esas entidades e Instituciones que pueden facilitar esa información de rigor.
Y afectan a los comunicadores sanitarios en general, puesto que si no estamos alerta y ahí, corremos el riesgo de que se nos escape esta realidad cuando nuestro objetivo con la comunicación, en parte, es influir en la toma de decisiones relacionados con el estilo y la calidad de vida, y la prevención de enfermedades. Somos vehículos transmisores entre la sociedad y la comunidad médico – científica. Más que nunca se requiere de nosotros especialización y profesionalización, y reciclaje, para estar al día.
Todo ello me lleva a concluir que, dada la gran cantidad de información que existe sobre salud, mucha de ella falsa, es más importante que nunca que:
- Escuchemos activamente para conocer qué se dice, qué interesa, qué lenguaje se emplea y qué canales. Para aprender, en definitiva.
- Estemos presente en esa conversación, con información de rigor, un tono empático, transparente y constante para llamar la atención y destacar “entre tanto ruido”. Para ello, previamente, debemos concienciar de ello a “esas voces autorizadas”.
- Actuemos conjuntamente, para educar y formar en salud, fomentando un sentido crítico y “creando” pacientes responsables.
- Lo hagamos de una forma atractiva, adaptándonos a las necesidades informativas que actualmente tiene el ciudadano y a sus canales. Así pareció entenderlo la OMS, que abrió en marzo de 2020 su canal en Tik Tok: “Nos unimos a TIK TOK para proporcionarte consejos de salud públicas fiables y adecuados”.
- Y democraticemos esa información, haciéndola más accesible y comprensible al público en general.
Si algo he aprendido en todos mis años de experiencia es que con la Comunicación podemos influir en las personas, en sus creencias, pensamientos y decisiones. Tenemos trabajo por delante…
(Estas conclusiones y otras – de las que iré hablando en posteriores artículos – las expuse en la charla “Informar con rigor, comunicar con sensibilidad” que ofrecí en la Jornada sobre Comunicación y Salud organizada por la Asociación por el Progreso de la Comunicación (APC ) y la Asociación Española contra el Cáncer en Sevilla (AECC Sevilla).
Paola Luna – Directora de Hablo de Ti Comunicación